El Mercado de Pulgas es, de por sí, un lugar de reliquias y hallazgos. Muebles y objetos antiguos surgen a cada paso. Hay, sin embargo, un local que se destaca dentro de este mundo y que resume las cosas más extrañas de los últimos tiempos: el taller de Tony Valiente. Tony es un hombre de unos 70 y largos años que dedica sus días a crear obras, sombreros, lámparas, chalecos, carteras a partir de la idea: "cualquier objeto que pueda servir". Allí se puede encontrar literalmente cualquier cosa: broches de ropa, botones, cierres, relojes, retazos de tela, etc. Se trata de un personaje fuera de lo común, como su taller; conformado por infinidad de objetos: desde muñecas sin brazos (que piden un abrazo) hasta relojes con inscripciones tales como "Menem 1995". La particularidad del caso no radica sólo en los materiales que utiliza para sus creaciones, ni en el caos de su taller, o en su alocada personalidad: lo más llamativo son sus sombreros, por los que se destaca, y que además llevan los nombres "Dean Geli" y "Cobos". En ese sentido, posee el único sombrero que puede ser utilizado como linterna, un cuadro dedicado a Sandro, una guitarra; la única que puede ser tocada por tres manos, ya que posee una incorporada. También lámparas hechas con ruleros, y hasta un sombrero que brilla con luz propia. Es necesario mostrarse, al menos, un poco interesado por su trabajo para que Tony rápidamente comience a desplegar y mostrar toda su labor con gran entusiasmo y simpatía. Entre sus pertenencias favoritas está el sombrero que lo acompaña hace ya varios años, y algunas fotos, también una boina atiborrada de prendedores de diferentes temas, estilo y formas. Su última obra, que muestra orgulloso mientras destaca que aún permanece incompleta, está conformada por una veintena de relojes sobre un cuadro con la imagen de Cristo que mide más de un metro de altura. A su flamante obra la denominó " Cuando el tiempo se detuvo". Dentro de ese mar de objetos perdidos, surge una pregunta: ¿Cómo puede hacer para encontrar lo que busca? Su respuesta es cuando menos, llamativa: "es que no lo hago, porque buscando lo que quiero me topo con montones de cosas que tenía olvidadas y las termino usando".
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